River campeón: de la revolución a la transformación
- Juan Diego Diego Alvarez
- Aug 6, 2015
- 3 min read
Ni siquiera el momento del éxtasis fue capaz de alterar el sentido colectivo y el espíritu grupal de los campeones. Esa leyenda de plata, cuya base de madera la hace cada vez más alta y más americana, destacando a todos aquellos que inscriben su nombre en letras de molde, los estaba esperando para ser levantada y volver a acercarse al cielo. Dio vueltas durante casi dos décadas por distintos rincones del continente y una noche lluviosa, como aquellas otras noches inolvidables, decidió quedarse por Nuñez para reencontrarse con un viejo conocido.
Era el momento del clímax, el soñado, el que atraviesa la mente de cualquier jugador que se ilusiona con emociones grandes. Ni siquiera eso fue capaz de perturbar la esencia de ese grupo que con su fuego sagrado le ganaba por paliza al aguacero que castigaba con furia. Por eso, por su sentido de la solidaridad, por su convicción inalterable, por su disciplina gremial, la ceremonia debía terminar así.
Cavenaghi invitó a Barovero para perpetuarse en la foto que quedará para siempre y JUNTOS, así con mayúsculas, le mostraron al mundo que River es el nuevo campeón de América.
Atrás quedaron noventa minutos jugados con nervio, tensión, contundencia en los momentos precisos y por sobre todas las cosas la entereza y convencimiento que necesitan los equipos para decir presente a la hora señalada. Esa fue la esencia de su conquista y su mayor fortaleza. River comprendió que la historia le fue dando fecha y hora para escribir páginas sublimes para su leyenda copera y con la puntualidad que solo tienen los elegidos, jamás faltó a la cita.
En la serie ante Boca se convenció psicológicamente de sus virtudes. En el duelo ante Cruzeiro en Belo Horizonte redondeó su carácter y su personalidad futbolística. Fueron sus quiebres del campeonato. Sirvieron para dejar atrás una fase de grupos atravesada por las dificultades y el sufrimiento.
El cambio se produjo cuando "el torneo" se transformó en "la Libertadores", y a partir de allí el crecimiento fue exponencial e indetenible. En los cruces abismo, el equipo de Gallardo comprendió a la perfección que la copa se pierde de local y se gana de visitante. Autoritario y ganador como anfitrión, la llave del reino se consiguió en cada una de las excursiones a tierras ajenas. Todos sus rendimientos fuera del Monumental lo ayudaron a solidificar su idea y cada vez que sus rivales fueron tropezando en su propia casa, los hombres del Muñeco se fueron convenciendo de que el diseño y el concepto de juego estaba bien orientado.
De aquél equipo campeón de la Sudamericana, lujoso, pleno de variantes y matices a este sólido y vigoroso monarca del otro trofeo continental hay un cambio que marca el paso del tiempo, pero también la versatilidad del líder y su grupo. El mérito más grande de Gallardo, estratega sublime de cada partido y el mejor jugador de la Copa, fue comprender que sin variar el fondo, las formas debían mutar de acuerdo a los rendimientos de los jugadores y las necesidades de cada momento. Así fue, como el River 2014 tuvo como emblema al distinguido Pisculichi y este 2015 será recordado como el equipo del guerrero Ponzio. Su equipo pasó de una revolución a una transformación sin perder el gen competitivo.
La concreción del objetivo estimula y marca el rumbo hacia nuevos desafíos. Si bien la vuelta olímpica y la fiesta, decretaron el fin del ciclo para algunos nombres importantes, la chance de ir amalgamando a los refuerzos que debieron insertarse a la fuerza y en tiempo record, abre un abanico de opciones interesante e incluso le deja abierta la posibilidad al entrenador de buscar una nueva cadencia en el juego sin modificar la idea fundamental. Esa que dice que el equipo debe ser siempre protagonista respetando su historia y su pasado glorioso.

La obtención de los tres últimos títulos continentales no deja dudas respecto de su dominio. River es el mejor de América. Por estas horas y como dicen las palabras de su himno, el suyo es mucho más que un grato nombre.
ความคิดเห็น